domingo, 8 de marzo de 2009

POR LA VIDA Y POR LA PAZ

Integrantes: Erick Jarquín José Francisco Celso David

Los poemas que hemos escogido tratan sobre la vida y sobre todo por conseguir esa paz interior que todos anhelamos.

Tanto Amado Nervo, Bequer, Benedetti y Neruda, tienen en común en estos poemas que a continuación transcribimos, la necesidad de sentirse bien, de sentirse en paz con ellos mismos. Cada poeta busca su paz interior de alguna manera distinta, en el caso de Amado Nervo, su paz la logra al realizar un poema para la vida.

En el caso de Pablo Neruda se trata de lograr la paz interior al expresar con palabras sus sentimientos; y uno puede ver que él se encuentra ya tranquilo consigo mismo cuando leemos aquella frase matadora que dice: “… y estos son los últimos versos que yo le escribo”. Por esta razón es que el video que realizaremos lo enfocaremos en la vida y la paz interior.

Saludos cordiales.



Amado Nervo

En paz

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida; Porque veo al final de mi rudo camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino; que si extraje las mieles o hiel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas; Cuando planté rosales, coseché siempre rosas. ...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno ¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno! Hallé sin duda largas las noches de mis penas; mas no me prometiste tú solo noches buenas, y en cambio tuve algunas santamente serenas. Amé, fui amado; el sol acarició mi faz, ¡Vida, nada me debes! ¡vida, estamos en paz!
Hagamos un trato
Compañera Usted sabe que puede contar conmigo No hasta dos o hasta diez sino contar conmigo Si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos No alerte sus fusiles ni piense que delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe Usted puede contar conmigo. Si otras veces... me encuentro huraño sin motivo No piense que es ojera, igual puede contar conmigo Pero hagamos un trato yo quisiera contar con usted Es tan lindo saber que usted existe, uno se siente vivo Y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta cinco aunque sea hasta dos No ya para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta Que usted pueda saber que puede contar conmigo.

Gustavo Adolfo Becquer
Por una mirada, un mundo...
Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso... ¡Yo no sé qué te daría por un beso!

Me gusta cuando callas
Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. Me gustas cuando callas y estás como distante y estás como quejándote, mariposa en arrullo y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza, déjame que me calle con el silencio tuyo. Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque estás como ausente, distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Puedo escribir los versos...

Puedo escribir los versos más tristes esta noche escribir por ejemplo “la noche está estrellada y tiritan, azules, los astros a lo lejos”. El viento de la noche gira en el cielo y canta Puedo escribir los versos más tristes esta noche yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos la besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería; cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. pensar que no la tengo, sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella, y el verso cae al alma como al paso el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla; la noche está estrellada, y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles, nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto; pero cuánto la quise mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro, sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto; pero tal vez la quiero; es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve en mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me cause, y éstos los últimos versos que yo le escribo.

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